Mons. Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, ha saludado a los participantes en el Primer Foro Paneuropeo de Cofradías y ha congratulado el esfuerzo de unidad -que no uniformidad- que ha impulsado esta iniciativa.
En su discurso, hizo referencia al 5 de mayo de 2013, cuando tuvo lugar la Jornada Mundial de la Piedad Popular, en la que cofradías de todo el mundo se encontraron con el Papa Francisco en Roma. Recordó que, en aquella oportunidad, el Santo Padre destacó tres términos especialmente importantes para las hermandades: “evangelicidad” -neologismo propuesto por Francisco-, “eclesialidad” y “misionariedad”.
En cuanto a la “evangelicidad”, destacó que las cofradías tienen un papel importante en el encuentro con Jesucristo para muchas personas; son manifestación de piedad popular. También resaltó los valores de historia y tradición que son características de las cofradías: “La identidad y la pertenencia no son piezas de un museo, si no que son espacios de vida del tiempo que vivimos”, afirmó. Asimismo, señaló que “la Iglesia fue querida por el Señor Jesús para que atravesara el mundo, se insertara en todas las culturas, escuchando, leyendo, haciendo emerger lo que está presente en todas las culturas, para que sean transformadas a la luz de la palabra del Evangelio, pero asumiéndolas, no siendo algo adjunto externamente. Una memoria histórica no nos aferra al pasado, nos ayuda a comprender quiénes somos, porque al interno de esa tradición que se desarrolla dinámicamente, se adquieren elementos nuevos, se vuelve capaz de atraer”.
“No sólo sois la Iglesia, sino que donde vosotros actuáis y trabajáis, trabaja la Iglesia”, dijo Mons. Fisichella, refiriéndose al aspecto de “eclesialidad” que caracteriza a las cofradías. En referencia a la dimensión de “misionariedad”, Monseñor resaltó la realización de obras de misericordia corporales y espirituales que caracteriza el actuar de las cofradías, también en las maneras actuales en que se expresan las carencias y debilidades humanas. Por último, Mons. Fisichella ofreció a los representantes de las cofradías una nueva palabra: “gratuidad”, que implica la capacidad de acogida a todas las personas.
Finalmente, Monseñor destacó el rol que pueden desarrollar las cofradías de frente al cambio cultural que implican los nuevos lenguajes y maneras de comunicación. “Las cofradías han de expresar la vía de la belleza en la Nueva Evangelización, que no se desarrolla solo en el arte o en la música, sino también en lo que permite expresar hoy la belleza. No podemos solo presentar todo lo que fue hecho de la creatividad y fantasía del pasado. Tenemos el objetivo de crear belleza hoy”, concluyó.